Sevilla campeón de la Copa UEFA

El triunfo del [tag]Sevilla[/tag] frente al Middlesbrough en Eindhoven (Holanda), por 4-0, es el primer éxito continental del conjunto hispalense, que se convierte en el quinto equipo español que logra adjudicarse el éxito en este torneo

El sevillismo, después de 58 años sin ganar un título, vivió esta noche el delirio en el Philips PSV Stadion de Eindhoven tras ganar su primera Copa continental, al imponerse por un contundente 0-4, y jaleado por el fervor de su afición, al Middlesbrough inglés.

Nada más concluir el choque, la afición y la plantilla sevillista festejaron por todo lo alto y con locura la gloria ganada, a los 44 años de disputar su última final (de Copa del Rey) y a los 58 de su último título oficial, una Copa del Rey, ante la decepción enorme de los jugadores y aficionados ingleses.

En medio del jolgorio y del fervor generalizado, los jugadores
españoles botaron de alegría sobre el césped, se entregaron a su afición, que estuvo más animosa si cabe que nunca, y se lanzaron como si fuera una piscina al campo de Eindhoven, entre el júbilo de la sufrida afición sevillista, que se desquitó hoy de sus penurias históricas para engrandecerse a la vez que el centenario club.

Tras la primera final de su historia en Europa, los sevillistas corearon sin respiro consignas que denotaban el éxtasis del sevillismo, como «campeones, campeones», «vamos mi Sevilla, vamos campeón» o «que viene, que viene…», antes de que el capitán Javi Navarro alzara a los cuatro vientos el trofeo conquistado.

Los alrededor de 12.000 sevillistas desplazados hasta Holanda, que llevaban al menos dos generaciones sin ganar un título, estalló de júbilo cuando Navarro recogió la copa poco antes de la medianoche, en presencia de toda la plantilla, a lo que siguieron saltos, alegría y millones de papeles rojiblancos lanzados al aire sobre el césped del estadio holandés, que quedó inundado de los colores representativos del Sevilla.

En un estadio atestado, con unos 32.000 seguidores, entre ellos alrededor de 12.000 ingleses que también animaron y consolaron a su equipo, los sevillistas escucharon por primera vez en su centenaria historia la canción «We are the champions» entre el alborozo de la gente, más entregada que nunca a sus colores, así como unas sevillanas que sonaron a gloria en Eindhoven.

No cesaron los aplausos, los gritos de euforia por haber logrado el «sueño» ansiado», pues la Copa volverá a la capital andaluza en medio de la ilusión y el orgullo de la afición y la plantilla sevillistas.

Pese a que Pep Martí no pudo llevarse el balón del partido a la conclusión de la final, tras denegárselo el árbitro alemán, él y todos sus compañeros, cuerpo técnico y directivos dieron la vuelta de honor al campo, abrazados y como figura estelar el italiano Enzo Maresca, autor de dos goles y al que la UEFA declaró oficialmente el mejor del partido.

Entre el gozo enfervorizado de los seguidores españoles, y con gritos de «campeones, campeones» y «que bote Nervión -estadio sevillista- que acallaron a la deportiva afición inglesa, que también animó a los suyos tras la final perdida, la plantilla del Sevilla bailó sobre el césped y no cesó de saborear quizás el más importante título de su historia, y el más esperado, después de 58 largos años.