Funcionamiento de los Radares

• ¿Qué es un radar?
  La palabra radar es un acrónimo, y viene de “Radio Detection and Ranging” (detección y medición de distancias mediante ondas radioeléctricas). Este instrumento nació en Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial, aunque posteriormente se extendieron sus posibilidades para la vida civil, especialmente en cuanto a navegación aérea.
• ¿Qué tipos existen?
  El radar más común es el de microondas. Pero ahora han comenzado a usarse para el tráfico radares láser, que son más baratos (24.000 euros por unidad, en lugar de los 60.000 que cuesta uno de microondas) y más eficientes. También hay versiones portátiles que emplea la Policía en sus coches.
• ¿Dónde se colocan?
  Generalmente, los radares se ubican en puntos en los que las autoridades saben que los conductores tienden a ir más rápido de lo debido. Se trata de puntos problemáticos en los que además suele haber accidentes.
• ¿Cuántos hay en España?
  Hasta mediados de 2005, la cifra aproximada de radares en las carreteras españolas era de unas 300 unidades. Sin embargo, el Ministerio e Interior ha puesto un marcha un plan que se basa en la implantación de otros 500 hasta 2008.
• ¿Para que sirven?
  La función esencial de los radares es controlar la velocidad a la que circulan los vehículos por un punto determinado de una vía, así como detectar aquellos que superan la permitida para proceder a su sanción.
• Funcionamiento
  En primer lugar, el radar envía una señal a cada vehículo que pasa por sus inmediaciones. Puede ser que en su rango de emisión haya varios coches a la vez*.

  *Si un radar tiene varios vehículos en su rango de captación y uno de ellos marcha a velocidad no permitida, el instrumento puede fallar. Lo habitual es que anule la fotografía, pero puede darse el caso de que impute la denuncia a un conductor que realmente no superaba la velocidad máxima. Por ello, los denunciados deben estudiar muy bien la fotografía que se les envía.

  El radar registra después la señal que ha enviado, pero rebotada desde el vehículo que la ha recibido. Mediante una operación matemática, el radar calcula la velocidad a la que circula el vehículo que ha recibido su señal. Si ésta es adecuada para lo que el instrumento tiene registrado como rango legal de velocidad, no ocurre nada. Pero si no es así, se pone en marcha el proceso de sanción.

  Si el radar ha detectado a un vehículo que marcha a una velocidad superior a la permitida, hace una fotografía de forma automática. En ella quedan registrados además los datos sobre el punto kilométrico, la carretera, los datos identificativos del radar y la velocidad a la que circulaba ese vehículo, así como la fecha y la hora de toma de esa instantánea.

  Una vez el radar ha completado la información acerca de la infracción, envía esa información al Centro de Gestión de Tráfico que corresponda mediante un archivo informático.

  Cuando el Centro de Gestión de Tráfico recibe la información, ésta se contrasta de forma automática con la base de datos en la que están registrados todos los propietarios de vehículos. Así se logra identificar al titular de ese coche, al que se le enviará por correo la fotografía tomada por el radar, con el resto de datos.

  El infractor tiene hasta 15 días para recurrir la denuncia, una vez la recibe en su domicilio. También puede solicitar información sobre el radar que le ha sancionado y puede pedir que se revisen los datos, en caso de que hubiera más vehículos en la fotografía.

• Detectores
  La Ley de Tráfico prohíbe que los vehículos lleven instalados sistemas para “eludir la vigilancia de los agentes de tráfico o de los radares”. Sin embargo, existen en el mercado aparatos que localizan la ubicación de los radares, de legalidad confusa. Quienes los venden argumentan que los puntos donde están colocados los radares son públicos.

Descargate la lista oficial de Radares en las carreteras Españolas.

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